¿Cuánto dinero quieres ganar? ¿De cuánto quieres que sea tu patrimonio? ¿Qué significa riqueza para ti?

Las respuestas a estas preguntas varían de una persona a otra. Mientras que 10.000 euros al mes significan el mundo para una persona, para otra es una cantidad muy pequeña. Una persona sueña con tener un Porsche, mientras que otra anhela poseer 1 millón de euros.

Pero, ¿qué significa exactamente riqueza ahora y qué tiene que ver con la lectura de libros?

Aunque no existe una definición universal de riqueza y mucha gente deja de ampliar sus conocimientos y horizontes tras graduarse en la escuela o la universidad, las personas de éxito están de acuerdo en que la riqueza de una persona se corresponde con sus conocimientos y su capacidad para ponerlos en práctica, y que el verdadero aprendizaje comienza tras graduarse en la escuela o la universidad, es decir, cuando la mayoría de la gente deja de aprender.

Una persona ignorante que ha adquirido una gran riqueza en su vida no parece existir en principio. La riqueza no debe entenderse aquí como las posesiones financieras y materiales temporales de un ganador de la lotería o de una persona recién enriquecida que no tiene ni idea de cómo manejar el dinero y los bienes.

Evidentemente, sólo se habla de verdadera riqueza cuando la suma de los bienes y activos disponibles de una persona da la apariencia de superar el nivel medio de bienestar material de la sociedad durante décadas.

Igual que el día surge de la noche, la verdadera riqueza parece surgir del nivel particular de conocimiento y saber hacer de una persona.

Pero, ¿qué puede significar eso ahora? ¿La riqueza requiere un título de bachillerato? ¿Hay que ser un ratón de biblioteca para adquirir una gran fortuna y hacerse rico?

La respuesta a ambas preguntas es: No, no necesitas un título superior, ni ser un ratón de biblioteca.

Más bien, la acumulación de riqueza requiere la actitud de estar dispuesto a dar los pasos necesarios para crear riqueza.

Por tanto, aquí hablamos más de práctica que de teoría. Pues los teóricos son en su mayoría personas que, como los filósofos, sólo leen y piensan. Y la pura lectura y pensamiento no ha hecho, evidentemente, multimillonario a una sola persona hasta el día de hoy, sino más bien a la persona más humilde que apenas puede ganarse la vida en las circunstancias más modestas debido a su falta de orientación práctica.

Sin embargo, la voluntad de dar los pasos necesarios para crear riqueza no excluye la adquisición de conocimientos mediante la lectura de libros. De hecho, hay unos cuantos libros aquí y allá que realmente pueden catapultar a un empresario en su sector muchos años de un día para otro. Por tanto, la lectura de tales libros es inevitable y obligatoria para toda persona con aspiraciones financieras.

En resumen, esto significa que los libros sólo deben seleccionarse de forma selectiva y servir únicamente como apoyo a la práctica. Al fin y al cabo, el tiempo es oro y la lectura de libros puede restar mucho tiempo a un empresario si la lectura no le hace avanzar. Por tanto, la lectura no debe basarse simplemente en fundamentos sin objetivo si uno pretende construir una fortuna. Porque ésa no sería, desde luego, la estrategia correcta.

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¡Diviértete leyendo! Uhh, quiero decir escuchando.

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